viernes, 11 de mayo de 2018

Benceno: Carcinógenos


Cáncer y carcinógenos
Muchos compuestos aromáticos han sido señalados como agentes causantes de cáncer.
Algunas de estas sustancias son inevitables, mientras que otras son cuestión de elección de estilo de vida.
Aunque los hongos y las plantas pueden ser fuentes de medicamentos benéficos, otros contienen compuestos aromáticos que son potentes carcinógenos. Entre estas sustancias químicas está la aflatoxina B1, y la agaritina que provienen de hongos y diversas toxinas del tabaco.



La Aflatoxina es una micotoxina que se ingiere oralmente y puede entrar en la cadena alimenticia a través de forma directa a través del consumo de productos como el maíz, el maní y algunos chiles o de forma indirecta a través del consumo de productos de origen animal como carne, huevos o leche.
Una de las principales micotoxinas que se pueden encontrar en los alimentos son las aflatoxinas que son muy toxicas ya que una vez producida es muy difícil de eliminar.

El primer caso relacionado a las aflatoxinas fue descubierto al principio de la década de los años sesenta, al observarse que varios pavos morían presentando lesiones en el hígado producidas por la especie fúngica: Aspergillus flavus proveniente del Brasil aislado de una pasta brasileña de cacahuate, la cual fue usada como parte del alimento para los animales.

Este episodio fue el que llevo al hombre a la identificación de toxinas producidas por hongos que fueron denominadas genéricamente como micotoxinas.
Las aflatoxinas son un grupo de metabolitos tóxicos producidos por Aspergilus Falvus, Aspergilus parasiticus y Penicillium puberulum.

La toxina es inodora, insípida, incolora, liposoluble y termoestable, las condiciones que favorecen la producción de aflatoxinas son tiempos cálidos elevada humedad relativa y elevada humedad del grano, las aflatoxinas son toxicas y carcinogénicas para animales incluyendo al humano.
Se conocen 18 tipos de aflatoxinas de las cuales solo 4 aparecen como contaminantes de los alimentos, estas son la aflatoxina B1, B2, G1 y G2 de las cuales la aflatoxina B1 es la más común de las cuatro y es la que presenta una mayor toxicidad.

Al ingerir la aflatoxina B1 esta se une a macromoléculas originando la alteración de la síntesis del ADN, el ARN, enzimas e inmunoglobulinas, esto lleva a la aparición de cambios en la permeabilidad de la membrana mitocondrial, disgregación temporal de los ribosomas, disminución en la respiración celular por desacoplamiento en el mecanismo de fosforilación, oxidación e interrupción del transporte de electrones, alteración de la glicolisis y gluconeogénesis, así como la disminución en la actividad de ciertas hormonas al establecerse una competencia por los receptores específicos, lo cual tiene efectos tóxicos inmediatos, además de inmunosupresores mutagénicos y teratogénicos, el principal síndrome que producen es el hepatotóxico, produciendo problemas renales y así mismo la formación de compuestos de gran reactividad que se unen a los ácidos nucleicos fundamentalmente al ADN mitocondrial  es responsable del poder carcinogénico de las Aflatoxinas.

Los principales órganos afectados son el hígado, riñones y cerebro.

La agaritina se encuentra en hongos, incluso los que son comestibles, no es tan potente como la aflatoxina B1, pero nadie querría comer cantidades excesivas para probar este argumento.

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